domingo, 30 de octubre de 2011

El bipartidismo mediático

En la primera entrada de este blog hablaba sobre las estrategias comunicativas de los partidos políticos. Ahora que estamos en campaña electoral es preciso retomar el tema, recordar algunos aspectos, corregirme y señalar otros que no mencioné.
Es posible que cometiera un error al generalizar en cuanto a la tendencia de los partidos a buscar la bronca política como estrategia para derribar al adversario: en política, hay que huir de expresiones tales como “son todos el mismo perro con distinto collar”, pero la presencia casi exclusiva de las dos grandes formaciones, PP y PSOE en el cuadro mediático, nos conducen casi de manera forzosa a expresarnos en estos términos. Y aquí sí: insisto en la idea de que los medios de comunicación son responsables en gran medida de este fenómeno.
No todos buscan la bronca política, algunos sencillamente pretenden encontrar un hueco donde expresar sus ideas y proyectos, tarea que sin duda se les presenta con grandes dificultades y que, además, traslada a los ciudadanos al completo desconocimiento de otros ideales quizá más interesantes. Esta es una forma, que de manera axiomática, nos lleva a reforzar el sistema bipartidista: si el ciudadano solo conoce dos opciones, contemplará frente a las urnas y de forma inevitable, solo dos alternativas.
El que la cobertura mediática privilegie a los dos grandes partidos, es también, por tanto, causa indiscutible del reforzamiento del bipartidismo. Hagan el ejercicio de ojear cada una de las portadas más importantes de nuestra prensa, y comprueben la presencia mayoritaria de noticias relacionadas con PP o PSOE.  Háganlo también con las cabeceras de nuestros telediarios. Así que, si debemos huir de expresiones como “son todos el mismo perro con distinto collar”, debemos también evitar las que desprecian a los ciudadanos por contemplar solo dos opciones. Sin duda la “gente es ignorante”, tal y como he leído en más de una ocasión en el universo de las redes sociales, pero su ignorancia está en gran medida orquestada. Sugiero por tanto orientar la crítica en otra dirección.
Resulta cuanto menos paradójico que, mientras unos buscan desesperadamente un encuentro con la prensa, para hacerse oír, y denuncian la exclusión en los medios, como es el caso de la reciente formación política Equo, otros evitan a toda costa cualquier choque no organizado con la prensa. Pregúntenle a Rajoy, si es que se deja, por qué no quiere comparecer ante los medios de manera improvisada. Probablemente, él mismo les dirá que al PP le sobra cobertura mediática.
Si la televisión sigue siendo el medio preferente de los españoles, no es de extrañar que los resultados sean los que son. Si los debates, tertulias y contenidos informativos concentran su atención en las declaraciones de Rajoy o Rubalcaba, no se hagan ilusiones, no esperen despertarse la mañana del 21  de noviembre con unos resultados electorales sorprendentes.